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No puedo menos de considerar como una bondad de quienes me gobiernan el que, por falta de riquezas pecuniarias, me hayan enclavado en esta mi región natal durante tanto tiempo y con tanta constancia, y me hayan hecho estudiar y amar cada vez más este rincón de la tierra. ¿Qué significaría en comparación un amor y un conocimiento escasos y difusos de toda la tierra, conseguidos vagando? La del viajero no es sino una condición estéril y sin consuelo. La riqueza no comprará a un hombre un hogar en la naturaleza, ni una granja allí. El hombre de negocios no se gana con sus negocios una residencia en la naturaleza, sino que más bien se desnaturaliza.