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  • Anoche navegué por el río Norte con mi flauta, y mi música era una corriente tintineante que serpenteaba con el río, y caía de nota en nota como un arroyo de roca en roca. No oí los acordes después de que salieran de la flauta, sino antes de que fueran soplados en ella, porque el acorde original precede al sonido tanto como el eco le sigue después, y el resto es propiedad de las rocas, los árboles y las bestias. La música no premeditada es el verdadero indicador que mide la corriente de nuestros pensamientos, la resaca misma de la corriente de nuestra vida.

    Henry David Thoreau (2013). “Delphi Complete Works of Henry David Thoreau (Illustrated)”, p.2088, Delphi Classics