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Trench dice que un hombre obstinado es un hombre de voluntad. Pues bien, un hombre de voluntad que hace lo que quiere o desea, un hombre de esperanza y de tiempo futuro, pues no sólo el obstinado es voluntarioso, sino mucho más el constante y perseverante. El hombre obstinado, propiamente dicho, es el que no quiere. La perseverancia de los santos es una voluntad positiva, no una mera disposición pasiva. Los hados son salvajes, porque quieren; y el Todopoderoso es salvaje por encima de todo, como lo es el destino.