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  • Apoyo, defiendo y admiro a las prostitutas, homosexuales o heterosexuales. Hacen un trabajo importante y necesario, les guste o no a los moralistas de izquierda y derecha. Las feministas que piensan que pueden abolir el comercio sexual se encuentran en un estado de engaño masivo. Sólo un régimen despiadado y fascista a gran escala podría erradicar el impulso sexual canalla que es indistinguible de la fuerza vital. Simplemente en el mundo occidental, la sexualidad pagana ha sobrevivido a 2000 años de persecución judeocristiana y difícilmente va a ser derrotada por unas cuantas feministas golpeándola con sus escobas.