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  • Nadie debe temer emprender cualquier tarea en nombre de nuestro Salvador, si es justa y si la intención es puramente para Su santo servicio. La realización de todas las cosas ha sido asignada a cada persona por nuestro Señor, pero todo sucede según Su soberana voluntad, aunque Él da consejos. No le falta nada de lo que está en poder de los hombres para darle. ¡Oh, qué Señor tan bondadoso, que desea que las personas realicen para Él aquellas cosas de las que Él mismo es responsable! Día y noche, momento a momento, todos deberían expresarle su más devota gratitud.