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Al fin y al cabo, lo que más aprecio son las relaciones humanas. Con el apoyo incondicional de mi mujer y mi compañera, he vivido mi vida al máximo. Son las amistades que he hecho y los estrechos lazos familiares que he cultivado los que me han proporcionado esa sensación de satisfacción por una vida bien vivida, y me han convertido en lo que soy.