-
Cuando tenía 14 años, pensaba que mi aspecto era horrible. Llevaba unos zapatos típicos eslavos con la suela de metal para que siempre se me oyera llegar y una falda de princesa muy fea y una blusa con el botón de arriba cerrado. Me había cortado el pelo a lo chico, tenía una cara de niño llena de granos y una nariz muy grande.