Autores:
  • Se acabó Internet. No más redes sociales, no más desplazarse por letanías de sueños y esperanzas nerviosas y fotografías de almuerzos, gritos de ayuda y expresiones de satisfacción y actualizaciones del estado de las relaciones con iconos de corazones enteros o rotos, planes para quedar más tarde, súplicas, quejas, deseos, fotos de bebés disfrazados de osos o pimientos para Halloween. Se acabó leer y comentar las vidas de los demás y, al hacerlo, sentirse un poco menos solo en la habitación. Se acabaron los avatares.

    Emily St. John Mandel (2014). “Station Eleven: A novel”, p.39, Vintage