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La nuestra era una familia protestante muy progresista, pero mis padres eran amantes de Dios más que temerosos de Dios. Íbamos a la iglesia, y sigo yendo con mis padres cuando vuelvo a casa: es algo familiar. Tocaba la flauta en la banda de música de mi padre, pero tuve una educación integrada. Teníamos muchos amigos católicos.