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El que hace poco, pero en un estado al que Dios le llama, hace más que el que trabaja mucho, pero en un estado que ha elegido irreflexivamente: un cojo que cojea en el buen camino es mejor que un corredor fuera de él.
El que hace poco, pero en un estado al que Dios le llama, hace más que el que trabaja mucho, pero en un estado que ha elegido irreflexivamente: un cojo que cojea en el buen camino es mejor que un corredor fuera de él.