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La coquetería abre el apetito; el flirteo lo deprava. La coquetería es la espina que protege a la rosa, fácil de cortar una vez arrancada. La coquetería es como el limo de las plantas acuáticas, que las hace difíciles de manejar y, cuando se las atrapa, sólo se las guarda en aguas viscosas.