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Me subía a los tejados y saltaba con la sábana de mis padres, esperando que se abriera como un paracaídas. Siempre me lastimaba, me rompía una pierna, me hacía moretones, me abría la cabeza.
Me subía a los tejados y saltaba con la sábana de mis padres, esperando que se abriera como un paracaídas. Siempre me lastimaba, me rompía una pierna, me hacía moretones, me abría la cabeza.