Los poemas de Lenelle Moïse concretan lo abstracto: la política, el desastre, la historia, la diáspora. Sus palabras hacen que lo político sea no sólo personal, sino corpóreo: el hermoso sistema del cuerpo humano como lienzo y sujeto, perfecto en todas sus complicaciones y complejidad, y aún gobernado, innegablemente, por un corazón cálido y palpitante.