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No puedo creer que haya sobrevivido, no sólo a mi vida, sino que sigo jugando al fútbol, porque la mitad de esos ocho o nueve años ni siquiera los recuerdo.
No puedo creer que haya sobrevivido, no sólo a mi vida, sino que sigo jugando al fútbol, porque la mitad de esos ocho o nueve años ni siquiera los recuerdo.