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  • Vi -con los ojos cerrados, pero con una aguda visión mental- vi al pálido estudiante de artes profanas arrodillado junto a la cosa que había armado. Vi el horrible fantasma de un hombre estirado, y luego, al accionar algún potente motor, dar señales de vida y agitarse con un movimiento inquieto y medio vital.

    Mary Wollstonecraft Shelley (1869). “Frankenstein: Or, The Modern Prometheus”, p.11