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La luz del este que nuestras agujas tocan por la mañana, la luz que se inclina sobre nuestras puertas del oeste al atardecer, el crepúsculo sobre los estanques estancados al vuelo de los murciélagos, la luz de la luna y de las estrellas, la luz de los búhos y de las polillas, la luz de las luciérnagas sobre una hoja de hierba. ¡Oh Luz Invisible, te adoramos!