La comunidad de inteligencia estadounidense está paralizada por los abogados. Cuando íbamos a capturar a Osama bin Laden, por ejemplo, los abogados estaban más preocupados por la seguridad y la comodidad de bin Laden que por los agentes encargados de capturarlo. Tuvimos que construir una silla de diseño ergonómico para colocarle en ella, una comodidad especial en cuanto a la forma de encadenarle a la silla. Incluso se preocuparon de con qué tipo de cinta amordazarlo para que no se le irritara la barba. Los abogados son la perdición de la comunidad de inteligencia.