-
Así que estoy en Barrio Sésamo, caminando con todos esos monstruos, Elmo y sus amigos, un montón de gallinas, un montón de pingüinos y un número cuatro bailando. Era pura alegría, diversión simple y ridícula, alegría estúpida. No hay ironía. Barrio Sésamo es un lugar genial y loco en el que estar.