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Los predicadores y conferenciantes tratan con hombres de paja, ya que ellos mismos son hombres de paja. Un hombre que hable libremente, de pulmones sanos, no puede respirar largamente sin hacer que vuestras podridas instituciones se derrumben por el vacío que hace. Vuestra iglesia es una casa para bebés hecha de bloques, y lo mismo ocurre con el estado. .... ¡La iglesia, el estado, la escuela, la revista, se creen liberales y libres! Es la libertad de una prisión.