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Para disfrutar de tus objetivos, piensa en ellos como si fueran señales que apuntan en una dirección determinada. Te dan un enfoque y ayudan a que tu energía se ponga en movimiento. El camino que tomes depende de ti; puedes ponerte muy tenso y centrarte sólo en llegar a tu objetivo o puedes relajarte y disfrutar de todo el trayecto, apreciando cada curva inesperada del camino, cada nueva oportunidad de aprender y sentir.