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Humildemente agradezco a los dioses benignos, Por todas las bendiciones que son mías... La mañana gotea su rocío para mí, el mediodía extiende un dosel de ópalo. En casa, las nubes a la deriva descansan Donde la puesta de sol ambers todo el oeste; Suave sobre los campos de amapolas del sueño, Los vientos somnolientos del país de los sueños se arrastran. Qué cosas tan ociosas son la riqueza y la fama ¡Al lado de los tesoros que uno podría nombrar!