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  • La adoración es más que música. Se trata de esos momentos que pasamos juntos como familia, como iglesia, y un buen testimonio puede ser parte de ello. La oración, la predicación, la Palabra de Dios... todas estas cosas pueden ser elementos poderosos a la hora de planificar un servicio de adoración. Y en última instancia, usted quiere que la gente salga de su iglesia diciendo: 'Fue bueno haber estado en la casa del Señor.