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Cuán pocas veces se encuentra en el mundo un hombre de grandes habilidades, adquisiciones, experiencia, que desenmascare su mente, desabroche sus sesos, y vierta en frases descuidadas y pintorescas todos los resultados de sus estudios y observaciones; su conocimiento de los hombres, los libros y la naturaleza. Por el contrario, si un hombre tiene por casualidad una idea original, la atesora como si fuera oro viejo; y más bien evita el tema con el que está más familiarizado, por temor a que te apropies de sus mejores pensamientos.