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  • ¿Has oído hablar de aquel loco que encendió un farol en las brillantes horas de la mañana, corrió a la plaza del mercado y gritó sin cesar: ¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios! Como muchos de los que no creen en Dios estaban por allí en ese momento, provocó muchas risas...
    ¿Dónde está Dios? Yo os lo diré. Nosotros lo hemos matado, tú y yo. Todos nosotros somos asesinos.... Dios está muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado.