El único sustituto de la experiencia que no hemos tenido nosotros mismos es el arte, la literatura. Se nos ha otorgado una facultad milagrosa: A pesar de las diferencias de idioma, costumbres y estructura social, somos capaces de comunicar la experiencia vital de toda una nación a otra, de comunicar una experiencia nacional difícil de muchas décadas de duración que la segunda de las dos nunca ha experimentado.