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Ningún rey del mundo está tan seguro en su trabajo como un funcionario sindical. Sólo hay una cosa que puede hacer que le despidan: la bebida. Ni siquiera eso, siempre que no se caiga.
Ningún rey del mundo está tan seguro en su trabajo como un funcionario sindical. Sólo hay una cosa que puede hacer que le despidan: la bebida. Ni siquiera eso, siempre que no se caiga.