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Quiero ser un cristiano más serio, más desprendido de este mundo, más preparado para el cielo de lo que nunca he sido en toda mi vida. Quiero tener un oído agudo para conocer la voz del enemigo, ya venga de la religión, de la política o de la filosofía... Prefiero estar de pie y que todo el mundo sea mi enemigo que ir con la multitud a la destrucción. ¿Te sientes así?