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Porque los veloces dragones de la noche cortan las nubes a toda velocidad, y allá brilla el heraldo de la Aurora; a cuyo acercamiento los fantasmas que vagan aquí y allá se dirigen a los patios de las iglesias.... Por miedo a que el día mire sus vergüenzas, se exilian voluntariamente de la luz, y deben por siempre acompañar a la noche de negras cejas.