-
La tranquilidad o agitación de nuestro temperamento no depende tanto de las grandes cosas que nos suceden en la vida, como de la disposición agradable o desagradable de las pequeñas cosas que ocurren a diario.
La tranquilidad o agitación de nuestro temperamento no depende tanto de las grandes cosas que nos suceden en la vida, como de la disposición agradable o desagradable de las pequeñas cosas que ocurren a diario.