Autores:
  • Nuestros hijos no sobrevivirán a nuestros hábitos de pensamiento, a nuestros fracasos del espíritu, a nuestro naufragio del universo en el que traemos nueva vida tan alegremente como lo hacemos nosotros. Sobre todo, nuestros hijos se parecerán a nuestra propia miseria, rencor e ira, porque no les damos ninguna opción al respecto. En nombre de la maternidad, la paternidad, la educación y los buenos modales, amenazamos, asfixiamos, atamos, atrapamos, sobornamos y engañamos a nuestros hijos para que imiten nuestras costumbres.