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El verdadero demonio es el éxito: las ansiedades engendradas por esta búsqueda son implacables, degradantes, corroedoras. Y lo que es peor, esta escalada del deseo no tiene fin.
El verdadero demonio es el éxito: las ansiedades engendradas por esta búsqueda son implacables, degradantes, corroedoras. Y lo que es peor, esta escalada del deseo no tiene fin.