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Arriesgándose constantemente al absurdo y a la muerte cada vez que actúa por encima de las cabezas de su público, el poeta, como un acróbata, trepa sobre la rima a una cuerda floja de su propia creación.
Arriesgándose constantemente al absurdo y a la muerte cada vez que actúa por encima de las cabezas de su público, el poeta, como un acróbata, trepa sobre la rima a una cuerda floja de su propia creación.