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Antes perecer que odiar y temer, y dos veces antes perecer que hacerse odiar y temer: ésta debe convertirse algún día en la máxima suprema de todas las mancomunidades.
Antes perecer que odiar y temer, y dos veces antes perecer que hacerse odiar y temer: ésta debe convertirse algún día en la máxima suprema de todas las mancomunidades.