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La fe siempre contiene un elemento de riesgo, de aventura; y nos vemos impulsados a aventurarnos por la afinidad y la atracción que sentimos en nosotros mismos.
La fe siempre contiene un elemento de riesgo, de aventura; y nos vemos impulsados a aventurarnos por la afinidad y la atracción que sentimos en nosotros mismos.