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En mis ochenta años, prefiero llamarlo el cuadragésimo primer aniversario de mi trigésimo noveno cumpleaños, he visto lo que los hombres pueden hacer unos por otros y hacerse unos a otros, he visto la guerra y la paz, la fiesta y el hambre, la depresión y la prosperidad, la enfermedad y la salud. He visto la profundidad del sufrimiento y las cimas del triunfo y sé en mi corazón que el hombre es bueno, que lo que es correcto siempre acabará triunfando y que hay un propósito y un valor para todas y cada una de las vidas.