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La risa tiende a burlarse de lo pomposo y de lo pretencioso; de todas las fanfarronadas del hombre, de todas sus bonitas pompas, de sus costumbres vetustas, de sus credos gastados, convirtiendo su brillo en el tono más apagado del plomo.
La risa tiende a burlarse de lo pomposo y de lo pretencioso; de todas las fanfarronadas del hombre, de todas sus bonitas pompas, de sus costumbres vetustas, de sus credos gastados, convirtiendo su brillo en el tono más apagado del plomo.