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  • ¿Es América una tierra de Dios donde los santos moran para siempre? ¿Donde los campos dorados se extienden hermosos y anchos, donde fluye el río cristalino? Ciertamente no está repleta de santos, y es bueno que así sea, porque los santos que ahora se envían zumbando al conocimiento del hombre no son más que estrellas de cine eclesiásticas malhabladas y agentes publicitarios que gritan clichés. Su escaso conocimiento les acerca a su ignorancia, la ignorancia les acerca a la muerte, pero la cercanía a la muerte no les acerca a Dios.

    Sean O'Casey (1956). “Inishfallen, fare thee well. Rose and crown. Sunset and evening star”, MacMillan