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Si te sientes aburrido o incómodo mientras escribes, pregúntate qué te preocupa y escribe sobre ello. A veces, tu energía creativa es como el agua en una manguera retorcida, y antes de que los pensamientos puedan fluir sobre el tema que tienes entre manos, tienes que enderezar la manguera atendiendo a lo que te preocupa.