-
A veces nuestros pensamientos se vuelven hacia un rincón en un bosque, o el final de un banco, o un huerto empolvado de flores, visto sólo una vez en algún día feliz, pero que permanece en nuestros corazones y deja en el alma y en el cuerpo un deseo insatisfecho que no se olvida, un sentimiento de que acabamos de codearnos con la felicidad.