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Sea lo que sea, probablemente no desaparecerá, así que mejor vivirlo y reírnos de ello. Cuando nos doblamos de risa, nos estamos doblando para no rompernos. Si crees que tus problemas son demasiado pesados y traumáticos para reírte de ellos, recuerda que reírse es como cambiarle los pañales a un bebé. No resuelve ningún problema de forma permanente, pero hace que las cosas sean más aceptables durante un tiempo.