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Cada uno de nosotros busca la paz de espíritu, pero a veces tememos que eso signifique renunciar a la excitación y al éxtasis. La paz suena a contentamiento, que a su vez suena a conformarse, a dejar que se apague el fuego. En realidad, la paz mental te permite adentrarte más en el mundo y, en consecuencia, experimentar más emoción y éxtasis. El fuego arde con más fuerza, alimentado por la conciencia en lugar de por la ansiedad.