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  • La oración actúa en la mente como una fuerza curativa. Calma al paciente, ilumina al médico, guía al cirujano, y a menudo aplica victoriosamente el poder del espíritu cuando todo parece perdido. Demuestra, una y otra vez, la verdad de las palabras de Tennyson: "La oración hace más cosas de las que este mundo sueña". La oración nos pone del lado de Dios. Nos alinea con los propósitos, objetivos e ideales más elevados de la vida. Orar es dedicar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones a la expresión del bien. Es llegar a ser como una ventana a través de la cual brilla la luz de Dios.