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  • Desde el aire, la Ciudad del Vaticano parecía un juego de Monopoly de mármol. La Iglesia poseía todas las propiedades desde Broadwalk hasta la avenida Illinois, tenía tres hoteles en cada parcela y, por mucho que tirara los dados, uno sabía que nunca caería en "Go to Jail", que siempre pasaría de Go y cobraría 200 dólares.

    Tom Robbins (2003). “Another Roadside Attraction”, p.220, Bantam