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  • Si alguna vez un tío te cuenta una historia de sexo de cuatro horas con cara seria, compadécete de él. No por mentirte a ti, sino por mentirse a sí mismo. De hecho, párale en mitad de la historia y abrázale. Nueve de cada diez veces se echará a llorar. Sabe que lo sabes.

    Ray Romano (1999). “Everything and a Kite”