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Niños, cuando vayamos al templo, no nos apresuremos a tener darshan, luego hagamos alguna ofrenda y volvamos a casa a toda prisa. Debemos permanecer pacientemente en silencio durante algún tiempo y tratar de visualizar a la amada deidad en nuestros corazones. Si es posible, deberíamos sentarnos y meditar. A cada paso, recuerda hacer japa. Amma no dice que las ofrendas y la adoración no sean necesarias, pero de todas las ofrendas que hacemos, ¡lo que más quiere el Señor es nuestro corazón!