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Porque no debo medir el discurso de un estadista a su pueblo por la impresión que deja en un profesor universitario, sino por el efecto que ejerce en el pueblo. Y sólo esto da la medida del genio del orador.
Porque no debo medir el discurso de un estadista a su pueblo por la impresión que deja en un profesor universitario, sino por el efecto que ejerce en el pueblo. Y sólo esto da la medida del genio del orador.