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Si me hubieran amado a los diecisiete años, qué idiota sería hoy. La felicidad es como la viruela: si la contraes demasiado pronto, puede arruinar por completo tu constitución.
Si me hubieran amado a los diecisiete años, qué idiota sería hoy. La felicidad es como la viruela: si la contraes demasiado pronto, puede arruinar por completo tu constitución.