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Por fin estamos entrando en una época apasionante de la medicina en la que disponemos de la tecnología necesaria para adaptar los tratamientos y los protocolos preventivos a cada persona, del mismo modo que adaptaríamos un traje o un vestido de diseño a su cuerpo. Pero todo empieza por uno mismo. Tiene que conocerse a sí mismo como probablemente nunca antes lo haya hecho.