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Debes estar dispuesto a renunciar a todo, no sólo a los apegos materiales, sino también a los apegos humanos -padre, madre, esposa, hijos-, a todo lo que tienes. Pero lo único que tienes que abandonar incondicionalmente es tu yo.
Debes estar dispuesto a renunciar a todo, no sólo a los apegos materiales, sino también a los apegos humanos -padre, madre, esposa, hijos-, a todo lo que tienes. Pero lo único que tienes que abandonar incondicionalmente es tu yo.