-
La última palabra está sobrevalorada. Sólo los tontos insisten en tener siempre la última palabra. Los sabios se tragan su orgullo para llegar al mejor corte posible.
La última palabra está sobrevalorada. Sólo los tontos insisten en tener siempre la última palabra. Los sabios se tragan su orgullo para llegar al mejor corte posible.